𝗡𝗼𝘀 𝘃𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗰𝗮, 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗮 𝗹𝗮 𝗺𝗶𝗲𝗿𝗱𝗮. VOL. VIII a: Eruditos a la violeta, cuñadismo y falacias ad autoritatem

Con motivo de la XL Semana Cultural y Deportiva de mi pueblo, municipio por el que siento un gran cariño a pesar de algunos de sus pobladores, pedí al Ayuntamiento hacer algunas actividades en conjunto para "ilustrar" la Historia de La Cistérniga, las historias que sus vecinos atesoran y el arte que aquí se conserva. Gracias al Ayuntamiento y a personas como Manuel Doval, Maricarmen y todos los asistentes a las actividades organizadas; esto salió adelante.

Pero no todo es tan maravilloso, los cuentos de hadas son... pues eso, cuentos. Ayer, a diez minutos de abrir la Visita Guiada de la Parroquia al público, los primeros visitantes tomaron asiento mientras ultimaba los preparativos. A las 17:05h decidí comenzar la visita y... Bueno, en primer lugar aclarar que la mayoría de la información que damos en la visita guiada, tanto yo como el equipo que voluntariamente hacemos esto para dar a conocer nuestro patrimonio, tenemos una bibliografía extensa que gustosamente ofrecemos a quién la precise. Como hombre con más de diez años asentado en la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid, estoy hasta los APA de citar a los Chicagos. Así que sí, mi equipo y yo partimos de los trabajos que J. Baladón, Cano de Gardoqui, Martín Calero, Berzal de la Rosa, Bustamante García, García Chico, Cristina Granda, Martín González o Urrea Fernández, elaboraron total o parcialmente sobre La Cistérniga y su iglesia.

Cuento esto porque ayer, esa primera visita que hizo acto de presencia antes incluso de abrir puertas porque, palabras textuales, "eran muy serios" interrumpió la explicación alegando que "no dejaba preguntar", ¡sin haber terminado explicación alguna! Pero eso no fue lo desternillante sino que, con toda la malicia que he visto en hombre alguno, el inoportuno caballero me pregunta que "si es precisa la datación de las imágenes" y que "cómo puedo estar tan seguro". Pues bien, me parece increíble que tenga que dar explicaciones de mi formación profesional cuando precisamente intento que se sepa lo menos posible, pero aún más increíble que dude de la palabra de catedráticos, doctores o graduados en Historia del Arte. Por poner un ejemplo, llegó a afirmar -parafraseo-que Gardoqui no sabía de arte porque su tema era el cine... Vale.

Callado el morro ajeno con verborrea ad autoritatem, la visita se extendió por encima de los tiempos estimados porque este buen caballero, de formación militar, se creía más sabio que la savia alcornoquera. Y bueno, hubo que llevarle la contraria en varias ocasiones porque sabía incluso más que las Vedruna acerca de su formación religiosa... En fin, caballero sin cuartel.

Pero la gota que colmó el vaso llegó al finalizar la visita cuando, al momento de la ansiada -por mí- despedida, el buen señor me dice "me alegro de que un tubista como tú me haya contado esto". ¿¡Perdón!? ¿Un tubista como yo? ¡Destaca lo que no soy por encima de lo que sí soy! Soy profesor de Secundaria y Bachillerato con las especialidades de Filosofía y Música de carrera e Historia e Historia del Arte por acreditación de méritos; he dado algunas clases en la Universidad -aunque de eso mejor no hablar porque no había ni contrato-, tengo dos másteres y vendí mi tuba cuando acabé el Conservatorio proque estaba cansado de ese mundo lleno de inquinas y venenos. ¿Pero precisamente alguien como yo, que no se dedica a tocar la tuba, te enseña la iglesia de su pueblo?

Nada, la próxima visita la haré ataviado de payaso o de fraile, quizá así sí que le parezca bien.