Entradas

Mostrando entradas de julio, 2019

Cantar de ciego: una hipótesis del oficio trovadoresco en la provincia de San Esteban de Gormaz (Soria) durante el siglo XII

Original publicado en  MOSTAZA PRIETO, Abel, (2019). " Cantar de ciego: una hipótesis del oficio trovadoresco en la provincia de San Esteban de Gormaz (Soria) durante el siglo XII". Revista Eviterna Nº 5 (marzo 2019)  < https://www.revistaeviterna.com/abel-mostaza > Cantar de ciego: una hipótesis del oficio trovadoresco en la provincia de San Esteban de Gormaz (Soria) durante el   siglo XII RESUMEN: La música instrumental de los tiempos pretéritos es en gran parte un misterio. Aquella cuyo legado nos llega desde el siglo XII hasta hoy sólo se conservada en manuscritos mudos que requieren de una hipotética reinterpretación acerca de cómo podría sonar aquel mundo. Sin embargo, gracias al arte arquitectónico de algunos templos así como los poquísimos ejemplares conservados de ese periodo románico, la arqueomusicología ha podido recrear su fisionomía y probable sonoridad. De forma testimonial, esos mismos instrumentos presentan orígenes diversos a la par que

Los peligros del sendero de la izquierda

Hoy os quiero contar un cuento muy personal inspirado por el ulular de una lechuza en la noche. ¿Dónde situarlo? Un bonito lugar podría ser Leba, una bonita ciudad “amurallada” en tierras lejanas. Pero eso es porque soy yo, ¡tú sitúalo donde queiras! Érase una vez una gran urbe, una gran ciudad llamada Apatria que no se distinguía por nada en particular de cualquier otra de las que estaba a su alrededor: majestuosos edificios que tapan la luz del sol, grandes sombras que no proyectan la luz de la luna, grandes hombres que corren por sus aceras plagadas del pasto del tiempo y grandes sueños devorados por la realidad de sus calles angostas. Era una ciudad taciturna infestada de hombres y mujeres mohínos. En esta ciudad vivía Alba Sofía, una niña de una mirada brillante de ojos azules y de corazón puro como el agua del rocío. Sus padres le pusieron Alba por la blancura de su piel, Sofía porque sus ojos eran idénticos a los de su abuela, Sofía, una amigable anciana fallecida poco antes