𝗡𝗼𝘀 𝘃𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗰𝗮, 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗮 𝗹𝗮 𝗺𝗶𝗲𝗿𝗱𝗮. VOL. IV: Hipocresía cristiana o las diferencias entre ser y parecer

En un principio pensé en dejar programada esta publicación para que saltase el 10 de abril, pero creo que de esta manera el efecto sorpresa jugará a mi favor.

No hace tanto tiempo me preguntaron que si era creyente y yo les dije lo de siempre: sí, creo, pero no en la iglesia de altar y palio sino en la iglesia de suelo y fregona. Formo parte de una parroquia con más de 40 catequistas y, como un sacerdote nos ha dicho alguna vez: tenemos que ser gente del quiero y no del no puedo. ¿Por qué cuento esto?

El año pasado por estas fechas, Goyo Casado me invitó a formar parte del grupo de guías de Valle de Pasión, una exposición que duraba semana y media en un pueblo con menos de cuatrocientos habitantes. Este año estoy intentando una fórmula similar para mi pueblo conincidiendo con la Semana Cultural y Deportiva. Son varias las diferencias con Valle de Pasión: mi pueblo tiene más de diez mil habitantes, mi propuesta se la he lanzado a los catequistas involucrados en nuestra parroquia (como hizo Goyo con la suya) así como a asociaciones culturales; tampoco es una exposición de una semana y media, sino una visita guiada de dos únicos días. Yo tengo lanzada la apuesta, veremos si acierto...

Y es que es así, pueblos pequeños mantienen la unidad al más estilo Fuenteovejuna mientras el nuestro busca hundir al vecino en el lodo. ¿Qué no? Retomemos el ejemplo, el año pasado el mismo sacerdote que dijo la frase de la "gente del quiero" fletó un autobús a la exposición de Valle de Pasión, un autobús lleno de catequistas que iba a ver la exposición de otro pueblo. Ahora que el modelo es más humilde que aquel y lo tenemos en la puerta de casa... veremos si acierto.

Así que sí, soy creyente, pero en la iglesia de verdad y no en la hipócrita conformada por catequistas que, dependiendo de quién hable, se atan al mástil del barco o hacen agujeros con pico y pala. Da igual que sea en su pueblo, da igual que formen parte de la institución que va a ser visitada... No es la primera vez, por eso cada vez hago menos por estas gentes. Lo divertido, luego escucho esas frases de "es que en nuestro pueblo no se hacen estas cosas". Dame el pico y la pala que ya me encargo yo de abrir otros agujeros.

Si algo tengo claro es que si el dios cristiano existe, éste no habita en grandes templos, sino en buenos corazones. Que no lo digo yo, lo dice San Pablo a los Gálatas (2,20) o a los Efesios (3,14-17). Pero claro, ¿qué esperar de gente que habla de la biblia pero no la ha leído? Si se produce la parusía, ésta comenzará por los templos a la hipocresía porque los buenos corazones habitan en pocas iglesias. Por eso no voy a misa, por eso no creo en la iglesia conformada por fariesos que sonríen en la cara y hablan a la espalda, que pagan tributos al César en nombre de Dios. Hoy es el día uno, un mes queda para las visitas guiadas. Veremos si acierto... ¿Dónde está la gente del quiero? Lecciones de moral cristiana a mí...