El síndrome de Mary Poppins

En esta ocasión os traigo un tema nuevo que se me ocurrió a raíz del remake que han hecho de Mary Poppins. Creo que nunca hemos tratado la psicología, quizá hayamos dando una pincelada al citar la problemática de le ética del héroe en otra de nuestras entradas, pero no hemos abordado problemas reales de gente real en el terreno psicológico.







Para aquello que hoy quiero contaros, la primera pregunta que tengo que hacer es quién es el protagonista real en Mary Poppins.

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¿Ya lo tienes? Pues bien, si has respondido Mary Poppins debo decir que te equivocas, al menos en parte: la intención de Disney y de Travers -la novelista- no era contar la historia de esta niñera mágica; ella se nos plantea en la película como un macguffin que permite avanzar la trama y presentarnos a los personajes y sus problemas. Pero mejor no os hago spoiler y simplemente os recomiendo ver "Al encuentro del Mr. Banks" (trailer). Una vez que aceptéis esto os propongo una nueva lectura del clásico de Disney. Al llegar al final del post no volveréis a ver ninguna de las escenas del filme de la misma manera. ¿Queréis hacerla a ella protagonista? Seguid leyendo...

Lo primero que tenemos que hacer para verla como protagonista es preguntarnos quién es Mary Poppins. La primera vez que se nos habla acerca de ella es con la canción que cantan los pequeños Jane y Michael Banks


Pero esta es la visión ideal de lo que los pequeños Banks quieren de la niñera, es decir, no es Mary Poppins sino la niñera que se crea en la mente de estos pequeños, la niñera buscada, la niñera que creen capaces de cuidarles y de entenderles... ¡Ya tenemos historia!

Entonces, ¿quién es Mary Poppins realmente? Veamos la definición que de ella se nos da, una definición tan objetiva que no es ni siqueira personal.
Y así es, "Mary Poppins. Prácticamente perfecta en todo". La idea utópica de "la perfección" es la primera clave que de su persona se nos da; la "perfección", un estatuto utópico tal que conlleva la realización total y plena de la causa u obra. Es decir, Mary Poppins es el mayor grado posible y aspirable de la excelencia. No hay nada más allá de ella.

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¡Ja! Primer problema, ella no nos dice que es perfecta, nos dice que es "prácticamente" perfecta. No es el estado absoluto sino un acercamiento a él y, por tanto, imperfecto. Ese "prácticamente" nos dice "casi perfecto". Entonces, ¿dónde radica esa imperfección? Desde este momento os pido que penséis en algún perfeccionista de vuestro entorno. ¿Ya? Seguimos entonces. Poppins es tan perfeccionista que en su búsqueda de la perfección se olvida de la cuestión básica, ¿qué sustenta tal perfección? Mary Poppins entiende la perfección como un estado (utópico) de felicidad, no como un momento o como un proceso. Sin dar rodeos: Mary Poppins entiende la perfección como el logro de la felicidad de los demás, para ella la perfección se da en el momento en el que la gente es feliz sin darse cuenta de que no es que sean felices, sino que estén felices (bendito castellano que diferencia el proceso del estado).

Muy bien, sabemos que para ella la perfección es hacer felices y, leyendo la carta de los pequeños Banks, presupone que eso que ellos narran es lo que les hace felices. Ya está la trama construida, he de ser lo que los niños quieren que sea para que así sean felices. Mary Poppins se crea así misma para estar con los pequeños como niñera y, aquí lo interesante, para reconciliar la situación familiar hasta el estado pleno en el que todos sean felices. ¿O acaso no es Mary Poppins la que trae la felicidad al hogar de los Banks? ¿Recordáis la conversación que se produce en la casa cuando los pájaros cantan a la vez que la cocinera? En esa conversación ya se nos dice "desde que Mary Poppins ha llegado todo el mundo está más feliz". ¡Dichosa Poppins!

Hemos tomado la escena que transcurre dentro del cuadro como si se tratase de toda la película (haced la prueba, cuándo pensáis en Mary Poppins, ¿qué escena viene a vuestra cabeza?). Y es que es precisamente esa escena de mundo colorido la que transmite el ideal "poppisiano" de felicidad. Pero Disney no es Disney por nada. Podemos verlo como niños o darnos cuenta de que es precisamente cuando salen de ese mundo colorido cuando se topan con la realidad: desde que salen del cuadro todo su mundo feliz cambia para contarnos la historia que quieren contarnos Disney y Travers, la realidad maniquea de la película, la tristeza como problemática en la familia Banks y la bondad entendida como la felicidad en Mary Poppins. ¿Quién triunfa? Poppins, ella logra hacer felices a la familia, por supuesto, ¿pero a costa de qué? ¿Es ella feliz? ¡Claro, es la heroína de la película!

¿Qué más cosas sabemos de Poppins? Ella se nos muestra tan perfecta (asumiendo perfección como felicidad) que jamás nos mostraría sus problemas, sus preocupaciones. Se preocupa tanto de lograr el bien común que nosotros no conocemos nada de ella. Sin embargo del auténtico protagonista de la película, del Señor Banks, lo sabemos todo. Es que es así amigos, en la versión original de 1964 entendemos a Mary Poppins como el protagonista y al Sr. Banks como el antagonista, ¡y es más bien al revés! (o en su caso a la par). Vamos a cambiar el punto de vista y veréis como la película nos cuenta la historia de otro modo totalmente diferente: para empezar nos omiten a Mary en un montón de planos aunque su idea utópica de estado pleno de felicidad se respire cuando es evocada (incluso musicalmente) mientras que el señor Banks está en casi todos (cuando no sale en un plano, se le alude como un hombre de familia, figura de autoridad...). Una escena sirva como ejemplo.


La idea clásica del héroe (que ya hemos tratado en otro post): el héroe enfrentado a su destino y se antepone a las vicisitudes, lo afronta sin muestras de debilidad. La heroína Poppins y el héroe Banks, dos héroes con su propia idea de la heroicidad. Pero volvemos a Poppins (para Banks ya sabéis, "Al encuentro del Señor Banks"). Pensábamos en Poppins como la protagonista y nos olvidamos que libra los sábados (¿ella necesita descansar? ¡pero si es "prácticamente perfecta en todo"!). La película parece hablarnos de la vida rosa de esta mujer que desciende de las nubes cual salvadora... ¡pero no! ¡No sabemos a qué dedica su tiempo libre -aunque se maquille en las propias nubes-!¡No sabemos si tiene algún miedo! ¡Alguna preocupación! Está tan acostumbrada a que le digan "gracias" que para ella esa palabra ya carece de sentido; necesita que se la digan, sí -sin ella no sabrá si realizó correctamente la obra hasta el estado de perfección- pero es una mero tratamiento e incentivo de realización ajena.

Pensadlo, "tan pronto como cambie el viento ella tendrá que marchar". Cuando la obra es culminada, la musa de la felicidad, Mary Poppins, abandona a los que han llegado a ese estado feliz. Cuando el estado imperfecto es perfeccionado ella sube a su nube, ¿no? ¡Ja! ¡Estáis tratando con Disney! Un hombre que os ha marcado hasta el punto de pasar cuarenta años y ser tan vívido en vosotros como el primer día, con tantas leyendas alrededor de su persona que parece congelado en el tiempo. Como he dicho al principio, todo está en la película, sólo necesitamos verla con otros ojos, abandonar esa visión apolínea que hemos cultivado para ver la trama oculta que también y tan bien supo plasmar Disney. ¿Recordáis la última escena de Poppins?

Siento no tenerla en castellano, pero creo que la recordaréis bien... Aquí se desvela todo, ella nos está diciendo "he cumplido, es triste ver que ya no se me necesita" y, cuando el loro de su paraguas se lo dice... ¡¡ella lo calla!! El primer paso, sita Poppins, es reconocer el problema. Aquí nos dice todo: ella no es prácticamente perfecta en todo, ella es un fraude, es una hipócrita, ella quiere la felicidad ajena y no es capaz de procurarse la suya propia. Su paraguas nos lo dice... Un gracias, un no te marches, un hasta pronto (que sí se lo dice Bert), un "te querré" más allá del efímero "te quiero"... Resulta que Mary Poppins tiene el don de la humanidad y quiere hacer felices sin ser capaz de ascender del nivel básico en la pirámide de Maslow. Por tanto... ¡¡olvidaos ya de que la felicidad es un estado!! La felicidad no la podemos controlar! ¡Todos necesitamos de la ira, del miedo, de la duda, de la tristeza...! ¿O acaso no os ha enseñado nada "Del revés"?

Y este amigos es el síndrome de Mary Poppins, el de aquellos que tratan de lograr la felicidad ajena pero que sienten que nadie les procura la suya propia. Se sienten defraudados, pero en su persona se ponen su mejor máscara (recordad de dónde viene la palabra "personalidad") para lograr la felicidad ajena y, cuando lo logran, desaparecen.

Sed felices y haced felices ;-)



P.D.: Prometo hacer un vídeo ilustrando las escenas y destripando la película.


Bibliografía recomendada: L. Barbieri, La sindrome di Mary Poppins. Storie vere di donne che non si sono arrese. Pendragon: 2014.

Por Radagast

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