El villancico en España: historia, música, texto y contexto. Más vale trocar de Juan de la Encina
El villancico en España:
historia, música, texto y contexto
Más vale trocar de Juan de la Encina
Trabajo presentado para la materia "La música antigua en España. Contexto e interpretación" del Grado en Historia y Ciencias de la Música de la Universidad de Valladolid, Curso 2016-2017.
Por Abel Mostaza Prieto
Introducción al villancico en la España del XV-XVI
La España del XV-XVI
La España de Juan de la Encina es la España de los Reyes Católicos, fruto en parte de la Guerra de Sucesión Castellana que había vencido Isabel I de Castilla en detrimento de Juana “la Beltraneja”. Nos situamos, por tanto, en una España belicosa pero potente que, tras la victoria de Isabel y el desposorio con Fernando II de Aragón, es unificada bajo un mismo reino pero con políticas independientes, expulsando el último reducto musulmán de la península refugiado del reino nazarí de Granada. Con esta España se cierra la denominada Edad Media y se producen dos hechos en la política exterior notablemente importantes: el acercamiento a otras monarquías europeas y la llegada de éstas a América y el impulsivo avance del territorio hispano en toda Europa, donde la corona de Aragón avanzaba hacia el Este, coronando lugares como la actual Italia, y la corona de castilla, yendo hacia el oeste con Las Américas; simultáneamente los Tercios ganaban se forman bajo el capitanazgo de Fernando González de Córdoba (“el Gran Capitán”) que tomó varias ciudades europeas.
España se consolida bajo el cristianismo y el Papa Inocencio VIII concedió el derecho de patronato sobre Granda y Canarias mientras que Sixto IV crea la inquisición en Castilla, quedando así un régimen inquisidor en toda la península1 que obligó a convertirse a los judíos y musulmanes residentes en el país.
En cuanto a la economía, España continuaba siendo un país principalmente agrícola pero, para riqueza de otro sectores como el de la lana, los Reyes Católicos concedieron el privilegio de La Mesta (1489) que permitía la libre circulación por las cañadas reales de los ganaderos. La alta nobleza que había apoyado a Isabel en la guerra contra su sobrina y resultó beneficiada, instituyéndose así el Mayorazgo según las Leyes de Toro (1505). España se dirige así a la era del que fue el máximo auge territorial y de poder de su historia .
El villancico como género
El villancico fue la forma más popular de música durante el siglo XVI, fuentes como el “Cancionero de Palacio” nos muestran el gusto de la época por este tipo de composiciones donde ocupan un 65% de éste . Estructurados en estribillo y copla (subdividida en mudanza y vuelta), el villancico surge como una forma profana y poética, de origen popular y armonizada a varias voces (aunque esta práctica bien podría haberse dado con la estabilidad del género).
El villancico está estrechamente relacionado con el género de la canción en su forma estrofa-estribillo2. En un principio los villancicos surgen vinculados con las navidades, como se muestra en el Cancionero de la Colombina y el Cancionero de Segovia, donde se hayan algunas de las primeras composiciones sacras polifónicas ligadas a este tiempo litúrgico , pero rápidamente son asumidas de forma popular y de forma paralela a la liturgia en parte gracias a que son cantados en lengua vernácula (los feligreses entendían lo que en ellos se decía ya que eran en castellano) y rápidamente el villancico se convierte en el mismo signo de identidad de la cultura musical hispana e iberoamericana .
Sin embargo el villancico tuvo problemas de implantación, el mismísimo Felipe II dicta un decreto en 1596 en el que pide que no se canten villancicos en su capilla, según parece tratando de seguir la dirección de Pedro Cerone en El melopeo y el maestro en el cual se dictaminaba que en techo sagrado no era propio cantar villancicos u otros versos no litúrgicos, sino que debían cantarse himnos, salmos y cánticos espirituales en latín ; según parece ser, la prohibición sólo se quedó en meras palabras, el nuevo género complacía a los asistentes hasta el punto en el cual los mismo villancicos eran impresos y transmitidos a los fieles días antes de ser interpretados. La nueva forma siempre estuvo envuelta en polémica entre aquellos que sugerían que la lengua vernácula no era propia de “lo sagrado” (siguiendo la doctrina de Cerone) y aquellos que consideraban que en aquella forma popular había una nueva forma compositiva que podía servir para cantar por toda la asamblea y convertir al cristianismo a moros y judíos (siguiendo la tesis de Sigüenza de Talavera) .
Sin embargo no todos los villancicos eran de temática navideña, el mismo Cancionero de Palacio presentaba algunos de estos de temática mariana no vinculada a la natividad mientras que otras trataban de dar lecciones morales o dogmas en castellano, de un modo más dramático, como son muchos de los de Juan de la Enzina -invitando en ocasiones al carpe diem o añorando las virtudes y defectos del enamorado -.
El autor: Juan de la Encina
Poeta, dramaturgo y compositor, Enzina nace en Salamanca en torno a 1468. Hijo de zapateros, parece ser que estudio música y derecho junto con su hermano en la Universidad de Salamanca, ciudad en la que solicitó el puesto e Maestro de Capilla para su catedral. Comúnmente se acepta que entró al servicio del duque de Alba, Don Fadrique de Toledo, inmediatamente después de graduarse en 1492. Al no lograr el codiciado puesto de Maestro de Capilla3 viajó a Roma donde, en 1508, le fue concedido el arzobispado de la Catedral de Málaga por Julio II, dimitiendo diez años después para asistir a su primera misa en Jerusalén. Antes de su viaje había sido nombrado por León X prior de la Catedral de León, y asistió a su primera reunión capitular allí en noviembre de 1523. Llevó a cabo esta posición hasta su última enfermedad en diciembre de 1529 (New Grove Dictionary of music s.v. “Enzina”).
El villancico Más vale trocar4
La obra de Enzina es una muestra de simbiosis entre lo medieval y renacentista , donde se empieza a ver ese gusto por la canción teatralizada cercana al madrigal renacentista. El villancico concreto propuesto para el análisis es Más vale trocar, presente en el “Cancionero de Palacio” e indexado por Barbieri como el 190. Un villancico secular para ser cantado a capella5.
Música
Estamos hablando de una obra que se compuso en los años en los que la tonalidad se estaba fraguando y, aunque se puede entender como una composición en rem con ligeras modulaciones y cadencias en un faM, sería propio entenderlo dentro de un modo dórico con bemolle. En general es una composición contrapuntística en la que cada nota de una de las voces tiene otra nota homorítmica (aunque existen floreos y adornos en las cadencias).
De ritmo ternario y comienzo anacrúsico, la obra se compone de un estribillo con dos semifrases (pregunta-respuesta) que se repite musicalmente seis veces (comienzo más las tres vueltas) y cinco coplas6, cada una con dos semifrases, que se separan del estribillo con una pequeña pausa.
Texto y significado
El texto es, como mínimo, tan importante como la melodía (sino más), ya que dota de significado a las composiciones de esta época. El texto, en castellano antiguo, es compartido en cada sonido y sílaba por todas las voces. En general nos habla de la necesidad de amar, de una especie de consolación en la que cualquier cosa es mejor, por mala que sea, que vivir sin amor. Lo más curioso de esta composición es el hecho de que el estribillo tiene la “semifrase a” distinta cada vez, mientras que la “semifrase b” se mantiene; la copla, lógicamente, cambia en cada interpretación. Podríamos hacer un cuadro con estas características:
Comparativa
Para este apartado voy a comparar una interpretación dirigida por Jordi Savall y otra de The Hilliard Ensemble .
Jordi Savall
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The Hilliard Ensemble
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En mi opinión, ambas tienen virtudes y carencias, por un lado es muy habitual que Savall añada introducciones o interludios instrumentales así como su tendencia a la hibridación cultural. Siempre busca una interpretación historicista y, para ello, decide darle una sonoridad arábiga por la idea de “la España de las tres culturas”. Esto no es necesariamente malo, puede que en su día se hiciese así; además, su versión sí reproduce las flexiones y la letra completa del Cancionero de Palacio.
Por el contrario, la versión del Hillerald Ensemble prefiere un interpretación más hermética del Cancionero de Palacio, asumiendo que no existe una instrumentación para las voces7. Por otro lado interpretan las voces por un coro masculino en su totalidad, con falsetistas y un sonido con aires gregorianos. En defecto, no interpretan todas las coplas que hay en el Cancionero de Palacio. Yo, personalmente, prefiero esta segunda versión porque el sonido me resulta más acorde a lo que las voces están cantando, es más “pasional” por decirlo de alguna manera y, además, el hecho de separar las voces en las coplas (como hace Savall asemejándolo con otros villancicos de la época) rompe la teatralidad que existe entre las voces y que está vinculada directamente con el desarrollo del madrigal.
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