Una posible interpretación de la película “La Llegada” (Arrival)


Artículo escrito el día 29 de noviembre de 2016, No publicado hasta hoy (1 de junio de 2017)


Introducción

Justificación

No se puede abordar 2001: odisea en el espacio sin tratar de comprender el monolito como una representación visual de la idea de “evolución”, no hacerlo así nos dejaría atónitos entre una película de tales dimensiones filoantropológicas del genial Kubrick. Yo, como amante de la filosofía y del lenguaje (quien me conoce sabe de mi afición a los palíndromos, anagramas y juegos lingüísticos en general) y con mi caprichosa afición a la física cuántica, no podía dejar pasar esta película sin dar una explicación.
Al largometraje acudimos un estudiante de ingeniería y yo, al explicarle qué opinaba de la película él me replico (y con razón lo hacía, pues era ésta mi opinión) que yo lo estaba interpretando desde la lingüística, algo que a él le resultaba, quizá, ajeno. Acto seguido le explique estas ideas que aquí desarrollo tras las cuales silencio imperó.

Información de la película (Filmaffinity s.f.)

Título original: Arrival
Año: 2016 
Duración 116 min.
País: Estados Unidos
Director: Denis VilleneuveGuión: Eric Heisserer (Relato: Ted Chiang)
Música: Jóhann Jóhannsson
Productora: Paramount / FilmNation / Lava Bear Films / 21 Laps EntertainmenCiencia ficción. Drama | Extraterrestres





SinopsisCuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco  a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón
de la visita extraterrestre... Adaptación del relato corto "The Story of Your Life" del escritor Ted Chiang, ganador de los reconocidos premios de ciencia ficción. 
Hugo y Nebula. (FILMAFFINITY)

El eterno conflicto “Ciencias vs. Letras” 

Este es uno de los tópicos más habituales en nuestra sociedad. Todavía encuentro personas que dicen la máxima “es que yo soy de ciencias” ante una idea lingüística o un “es que tú eres de letras” cuando explicamos una idea de razón filosófica… ¡¡si las matemáticas también son un lenguaje en sí mismo!! Mi amigo, ingeniero potencial, me dijo que su profesor afirma que las matemáticas son el lenguaje perfecto y universal, yo le insistí en que me parece demasiado relativista esa afirmación: si las matemáticas son un lenguaje común en todas las especies “inteligentes” y éste además es "perfecto" (conceptos platónicos muy vinculadas entre sí), el azar nos aseguraría el futuro más inmediato sin lugar a dudas y sin resultados antagónicos o excluyentes*1.
En la película este enfrentamiento lo encontramos desde el inicio entre los dos protagonistas principales y desembocará en el mismo conflicto humano expresado en el párrafo anterior. La escena que gira en torno al lenguaje me recuerda a la teoría del Herder idiomático, éste entiende que el lenguaje es común como concepto a todo ser humano, aunque existan variantes que desembocarán en identidades. De ello podría deducirse que ante un concepto común podría haber también un significado común que permitiese la comprensión entre seres (aunque este argumento es falaz realmente). En la película el físico afirma lo mismo que mi amigo, ese poder radica en las matemáticas.
Lo sorprendente es que ambos tienen razón porque comparten un mismo principio, ¡el lenguaje comunicativo y el lenguaje matemático son lenguajes, códigos que se establecen entre un emisor y un receptor! La problema radica entre la diferencia entre significado y significante, aquello que se expresa lógicamente (la idea conceptual, quizá un pseudouniversal) y aquello que es método y forma de expresión. En el film, el significante es lo que la lingüista (Louise) trata de ilustrar con su invención de la creación del término “canguro”, una palabra que es comunicada para nombrar a un ser que los colonos descubren al llegar a Australia; la diferencia radica en que la idea conceptual, aquello que se expresa mediante “canguro”, es diferente para los colonos y aborígenes. Los primeros entienden "canguro" como el término aborigen para llamar a aquel nuevo animal con una "bolsa" en su vientre, mientras que los segundos simplemente les estaban diciendo que “no entendemos qué nos queréis decir al señalar a esos animales”.
Nos guste o no, y la sociedad está polarizada en este aspecto, las Ciencias -puras- y las Letras -humanidades- están amparadas por el ámbito común de la filosofía del lenguaje (que no de la lengua en un sentido de “letras”), es decir, del empleo de un código universalista con significantes y significados para definir aquello que “es” (existencia gráfica o idiomática) y aquello que se pretende expresar con el “qué es” (significado o idea). Esto lo comentaremos más adelante al hablar de la teoría platónica de las ideas (idea de la cosa y realidad ideal o universal).

Ideas filosóficas necesarias de comprender

Racionalismo y empirismo: universal, significante y significado

En general definimos el significante como el término para expresar una idea, algo que es perceptible por los sentidos externos al ser nombrado nombrado o verlo escrito; el significado es aquello que es el valor de esa idea expresada con el significante (quizá con los denominados “sentidos internos”). Si yo digo “unicornio” (significante escrito y formado por las letras u-n-i…) no es necesario que hayamos visto un unicornio previamente para que todos imaginemos cómo es un unicornio (significado de, por ejemplo, “caballo con cuerno en la frente”); entonces cómo podríamos entender el porqué los leones que lamen a Daniel en conocido relieve visigótico de San Pedro de la Nave parecen cualquier cosa menos leones. Así surgen dos corrientes filosó(ló)gicas durante el XVII y XVIII: una afirmará que el conocimiento de un significado parte de la experiencia sensorial (empirismo), es decir, que es necesario haber visto un unicornio -aunque sea en un dibujo- para saber qué es. La otra afirmará que para “visualizar” un unicornio basta con saber cómo ha de ser un unicornio (racionalismo).
En la película se nos plantea esta problemática principalmente en dos escenas: aquella en la que los hombres no entendían como una especie que es capaz de mandar una nave cosmonauta sea capaz de flotar en una planeta ajeno sin que sus tripulantes entiendan 1+1=2… (idea expresada mediante unos símbolos -significantes- que no necesariamente son comprendidos universalmente*2, pero cuyo significado probablemente sí pudiese ser comprendido por la raza interespacial); y la escena en la que la propia especie humana está a punto de comenzar el conflicto bélico por no tener dos significantes distintos para expresar las ideas (significados) de “herramienta” y “arma”.*3

Qué define una especie o un universal: nacionalismo de Herder y la paradoja de Russell

Una de las primeras nociones que se plantean en el largometraje es la idea de la lengua como método de identidad. Esto sucede (entre varios momentos) en la escena en la que Louisee (lingüista y traductora) e Ian (físico) discuten acerca del lenguaje, del método que se debe usar para comunicarse con los extraterrestres. Encontramos así el problema basal de lenguaje para establecer una categoría de frontera entre el “nosotros” y “los otros”. Para comprenderlo debemos entender el concepto de “lenguaje” herderiano que aunque se vincula más a la idea de lengua, de idioma, podemos extrapolarlo como “método” de lenguaje. Heder define que un nacionalismo es un constructo en el que lenguaje, junto con las creencias, es el elemento que crea el volsgeist, el espíritu del pueblo, la idea de identidad colectiva.
Frente a la idea de lenguaje como elemento diferenciador, se ha buscado un lenguaje universal bajo la idea ilustrada de humanidad global; un idioma capaz de ser comprendido y emplearse por todos los seres del planeta de una forma lógica, más o menos innata y no aprendida. Ya Aristóteles enfrentó este problema buscando esa idea de un lenguaje perfecto y universal, pero serán Spinoza y Russell aquellos que traten de aunar lógicamente lenguaje y razón, planteándose paradojas en su camino que hacen irresoluble ese propósito*4 y más recientemente Umberto Eco en su "búsqueda de la lengua perfecta". Si el lenguaje es racional e innato, implica que todos tenemos una misma mentalidad racional que emplee mismos significados para un mismo significante (mi idea de casa ha de ser la misma aunque yo diga house) pero, ¿es acaso el lenguaje matemático aquel que, bajo el ideal de reminiscencia platónica, me permite comunicarme con otro acerca de qué es una casa sin denominarla nunca? O más generalmente ¿existe una idea conceptual y de conjuntos, que no se exprese a sí misma? (paradoja de Russel).
La problemática que trasciende a la película es el cómo puedo definir la idea de lenguaje (el universal expresado por éste) sin expresarlo lingüísticamente, cómo expresar el significado de una palabra sin usar palabras que, a su vez, tienen significados. Si les pedimos que definan una mesa, podrían decir que:

  1. "Es un mueble". A lo que podremos decir que entonces es lo mismo que un florero.
  2. "Tiene cuatro patas". A lo cual les diríamos que si acaso no puede tener sólo tres o incluso cinco.
  3. "Es horizontal al suelo". Entonces les pondríamos una mesa en vertical para que “deje de ser mesa".
  4. "Aquel objeto que se ha empleado con la función de mesa, es decir, para comer, escribir" . Podríamos argüir que si comemos, escribimos, etc. en el suelo éste ha de ser necesariamente una mesa.
  5. Material, "hecho de madera". Descartamos así todas aquellas mesas que creíamos mesas pero no lo son por ser de metal.
Tenemos claro qué es una mesa, pero el mismo lenguaje impide que seamos capaces de definir la idea universal “mesa” sin caer en la paradoja del lenguaje de Russell, de definir algo mediante elementos que en sí mismos son susceptibles a definición, es decir, definitorios.

El eterno retorno de Nietzsche, la reminiscencia platónica y la predicción

No es casual que el lenguaje de los extraterrestres sea expresado con círculos superpuestos, idea muy relacionada la misma forma circular, vinculada así con la diánoia platónica y, como no puede ser de otro modo, con el eterno retorno de Nietzsche. Voy por partes.
Fotograma de la película “The Arrival” en el que se observa un logograma
En la película vemos cómo el lenguaje se expresa en una construcción espacial*5 muy impresionista, poética a su modo, y se nos plantea quizá de una forma menos superficial el conflicto empirismo-racionalismo del lenguaje. Los heptápodos (nombre que reciben los extraterrestres por las raíces  griegas de “hepta”, siete, y “podos”, pies-patas) escriben las palabras con logogramas*6 que se superponen en capas formando una sintaxis entre las diversas palabras. Así dos trazos diferentes sirven para expresar dos conceptos diferentes que son representados en un mismo plano. Es quizá como si tratásemos de escribir varias palabras una encima de otra de modo que sean legibles entre sí formando frases (por tanto, serían similares a los caligramas pero en un mismo plano y no en un desarrollo lineal de éste).
Una de las teorías más conocidas del filósofo -aunque lingüista de profesión- alemán F. Nietzsche es la del eterno retorno, una idea compleja que prefiero resumir como la concepción de que el tiempo mundano no es lineal sino circular, tiempo que puede (y debe) repetirse en ideas o sucesos acaecidos previamente. Para el filósofo germano, quien toma de una forma estoica la forma del círculo como elemento que ilustraría dicha idea, la circularidad lineal implicaría un principio y fin irrepetibles (poéticamente expresados en el ciclo vital de un hombre), mientras que el principio cíclico implicaría que las circunstancias vitales se repiten esencialmente en una vida. Ahora no nos debe parecer tan casual que los visitantes de la película plasmen su lenguaje en formas circulares y que estas sirvan de un modo para predecir el futuro (que más que futuro podría interpretarse como pasado repetido).
La idea anterior se vincula directamente con el principio platónico (aunque deberíamos decir más bien socrático) de la reminiscencia, es decir, de cómo nuestra alma, en una vida previa, alcanzó ideas universales que al encarnarse se han olvidado y son recordadas mediante el proceso de aprendizaje ontológico.*7 Es necesario deducir que todo conocimiento ya se posee y, de ese modo, es factible predecir -aunque para Platón este no es más que una casualidad relacionada con el mismo conocimiento- un suceso.
Extendemos pues aquí la idea de predicción que en la idea se plasma como un suceso vivido en el futuro que es recreado o necesario en el presente. La película plasma esta idea de adivinación en dos escenas principales: aquella en la que los extraterrestres, seres del presente, explican a los humanos por qué deben entenderse entre ellos (los 3000 años venideros) y, sobre todo, en cómo la protagonista tiene varios flashforward (el número de teléfono).

Realidades paralelas: el gato de Schrödinger y la interpretación de los mundos múltiples de Everett

Como he detallado, el lenguaje es un método de premonición en sí mismo. En "La Legada" es un lenguaje que se basa en la superposición de planos. ¿Cómo es posible adivinar mediante la multiplanicidad. Bien, el famoso gato de Schrödinger y la interpretación de los mundos múltiples de Everett acuden aquí en nuestra ayuda. El famoso felino que el austriaco nos propone “vive” (entre irónicas comillas) una paradoja mediante la cual, a nuestro conocimiento, está vivo y muerto al mismo tiempo… Quizá sea difícil de entender este ejemplo (por muchas interpretaciones analíticas que se hayan escrito o circulen por la web) y por eso suelo explicar esta paradoja con otro ejemplo: un hombre que teme viajar en avión lee en un periódico que la posibilidad de morir por atentado bomba en un avión es muy baja, pues la probabilidad de que un terrorista viaje con una bomba en un avión es tan solo de un 0’7%, dicho hombre, haciendo caso a la estadística lógica que de aquí se deriva, decide llevar siempre una bomba consigo en el avión ya que si la probabilidad de que un hombre viaje con una bomba es muy reducida, el que lo hagan dos, tres… o todos los tripulantes es (exponencialmente) menor. Vemos así la falacia, la aporía que se forma: la probabilidad es la misma, él mismo sería el primer terrorista que tanto teme pero que, por ser él, le consuela. Podríamos entender de este modo la interpretación de los mundos múltiples de Everett como dos planos superpuestos en los que el gato está a la vez vivo o muerto o, con nuestro caso, hay a la vez tan solo una y a la vez dos o más bombas en el mismo avión.
El idioma en el largometraje implica una superposición de planos, dichos planos plasman (literalmente) todas las realidades de expresión -significantes y significados- de los conceptos así como todas las situaciones de su uso, lo que hace necesario conocer y entender cada uno de los usos y situaciones en las que se involucra dicha palabra (algo que a mi parecer es prácticamente infinito). Si conocemos las realidades de dicha palabra, ¿no es necesario interpretar mediante el contexto en el que ésta se emplea que lo que la frase desemboca es igualmente predecible?
Realmente lo que se plantea es cómo gracias al lenguaje se pueden conocer todas las posibles situaciones futuras que van a suceder a dicha frase y, aceptando la hipotética realidad futura y las realidades paralelas de ésta, entenderíamos qué es más obvio que ocurra. De nuevo otra paradoja (por culpa del dichoso hombre que lleva la bomba en el avión), pues todas las realidades probables serían igual de probables entre sí algo que se aproxima a la teoría de cuerdas en astrofísica. Es algo difícil  de entender, como también nos es difícil explicar, así que vamos a jugar de nuevo con un paradigma idiomático: si yo escribo la frase “voy a nadar a la piscina de La Cistérniga a las siete de esta tarde”, la realidad más probable es que esta tarde (futuro respecto al momento de escritura) yo vaya a nadar, ¿por ello se infiere que hemos predicho el futuro? Realmente no, para qué mentir, podría ser que lo haya escrito en un papel simplemente porque quería ver si el boli tenía tinta pero, aplicando a mi querido amigo Ockham, interpretamos que lo más probable es que hoy a las cinco esté en la piscina de La Cistérniga. Algo similar ocurre en la película: en ella deducimos que realmente no se trata de un proceso adivinatorio, similar a la creencia platónica, sino más bien a una probabilidad “elemental”. 

Spoiler: interpretación del fin 

Una vez comprendidos “los medios” que emplea o en los que se basa la película, creo que es necesario dar una interpretación hacia el qué se quiere decir con el audiovisual. En mi opinión la película habla de los conflictos y los problemas entre los propios seres humanos, utilizando para ello una raza extraterrestre ficticia para hacernos comprender que las relaciones humanas entre distintas civilizaciones y culturas son muy fragmentarias e incluso escasas, recelando de lo propio y sin fomentar la simbiosis (idea que en la película se expresa con la escena en la que la hija de Louise pide a su madre que le recuerde el término “juego de suma cero”).
El lenguaje se plasma como conflicto (bien matemático, bien idiomático) entre las diferentes razas, aunque esto es extensible a la misma especie humana (como explicaba en la introducción). No es azar que el matemático y la lingüista se acaben casando, es la misma reconciliación (que ya se plasma en tragedia) de ambos lenguajes. Yo destacaría que, si bien este conflicto se plantea con esos dos lenguajes, este es extensible al sonoro (bien con la misma idea de musicalidad, bien con ruido, etc.), los juegos (como ocurre con los chinos, quienes emplean el mahjong como lenguaje), etc.
Es decir, la película no es sobre extraterrestres realmente, esto funcionaria como algo secundario, como un mcguffin; sino sobre los conflictos entre humanos que muchas veces se producen por no compartir o no comprender el código del juego lingüístico y por ende del lenguaje.

Bibliografía

Filmaffinity. La LLegada. s.f. http://www.filmaffinity.com/es/film420650.html (último acceso: 30 de noviembre de 2016).


Por Radagast

*1. Es decir, me permitiría saber que un dado va a mostrar un seis y no cualquier otro número cuando yo lo tire.
*2. Y aunque fuesen expresados con otros significantes como “I t I s II” no serían necesariamente tampoco comprensibles.
*3. Quizá esta última problemática no exista en castellano, pues tenemos términos distintos para los distintos utensilios. Quizá nos sirva mejor el ejemplo de la frase “Vino de Madrid” en el cual no sabemos si se refiere a que alguien vino desde Madrid o que en Madrid hay una rica bebida obtenida de la uva.
*4. Dos escuelas que han tratado de buscar este fin unificador son “el formalismo” y, en menor medida, “el intuicionismo”.
*5. Aquí hay un error en la película, quizá debido a la traducción. En ella nos plantean que el lenguaje de lso extraterrestres no es espacial cuando todo lenguaje gráfico implica una idea de espacialidad (de no ser espacial, deberíamos asumir que escribir un texto de unas 8x10^4 palabras en lenguaje “heptápodo” implicaría que dichas palabras superpuestas cabrían en un círculo, lo que seguramente implicaría un manchurrón negro en el que ninguna palabra sea claramente perceptible. Del mismo modo, si una palabra -que implica un significado- se quiere escribir varias veces ¿dicha palabra ha de escribirse varias veces o sólo es necesario una? Y, de escribirse una sola vez, ¿qué nexos o articulaciones deben leerse en cada ocasión para formar una idea sintáctica de la oración? Esto es, ¿cómo puedo escribir la oración “la casa y el jardín del vecino son rosas y tienen buenas vistas del jardín de rosas” empleando sólo una vez los significantes (es decir, los sinónimos también estarían excluidos) “y”, “jardín”, “de” o “rosas” mientras mantengo la coherencia y sentido que implica la sintaxis? ¿Cómo puedo entender esa frase si me dicen “la casa y el jardín del vecino son tienen buenas vistas del?
*6 Grafemas o unidades mínimas de lenguaje que tienen valor expresivo por sí mismas, quizá lo que más se le parezca sea el chino como literatura.
*7 Aquí podemos ponerlo en duda, en el diálogo de Platón “El Teeteto” Platón nos habla de conceptos como la percepción o la conjetura y la adivinación que son, si no el conocimiento en sí mismo, parte de éste.


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