El demonio se cuela en la radio española: la paradoja religiosa del rock
Desde sus mismos inicios el rock se ha vinculado, por él mismo y por terceros, con el mundo de lo satánico: Robert Johnson hace un pacto con el demonio a cambio de una forma de tocar la guitarra, Elvis P. es el mismo Lucifer por ese movimiento de caderas y por unas letras subversivas en los convulsos años 50 y 60, las Satánicas Majestades que sienten "simpatía por el diablo", etc. Son varios libros los que dan cuenta de esto (Rock y Satanismo de Laban, Breve historia del Rock Satánico de J.M. Jimenez, o el reciente Paul está muerto y otras leyendas urbanas del rock de los Sánchez...). Pues bien, habría que aclarar el porque esta vinculación entre grupo-mal.
El demonio ha sido utilizado más que utilizarse y, aunque para cada grupo habría que detenerse en un análisis detallado, podríamos llegar a tres grandes categorizaciones del porqué el maligno decide dar su imagen a los grupos de rock:
- En primer lugar, en una América profunda donde la tradición arraigada marca tendencia y la fe religiosa es el dogma de cada día, un grupo de música saliéndose de la pauta marcada y que anima los jóvenes a la rebeldía sólo puede ser obra de Satán. El mismo blues fue tildado de satánico, ¿acaso hay algo más perturbador que un negro vagabundo que canta acompañado de una guitarra sin que se entienda muy bien qué dice? ¡¡Sólo puede ser el demonio!! (nótese la ironía)
- En segundo lugar, el diablo vende, eso está claro: si las primeras críticas de "demoníaco" fueron banderas clavadas por agentes externos a los mismo músicos, ésta es una de esas que uno decide abanderar por sí mismo. Robert Johnson no fue el primero (él pertenece a esa tipología de blues denominada "rock rural masculino") y detrás de él vendrían Berry "Papa Rock", u hoteles en California que el mismo Lucifer empleaba por cortesía de The Eagles. Algo queda claro, el diablo no sólo "viste de prada", sino que también despierta un interés por conocerlo mejor y, como no, vender su imagen en los discos o las letras.
- En tercer lugar, el símbolo de la bestia es un misterio, poco dice de sí y sólo hay que interpretarlo de forma subjetiva... El misterio de muchas letras, portadas, símbolos de álbumes o formas de tocar la guitarra delatan al mismo maligno en la producción del rock, es decir, aquello que no se conoce y cuyo significado místico es interpretable siempre será sincretizado con el demonio: si la letra habla de unas escaleras que ascienden al cielo o la portada presenta símbolos semejantes a runas Los Zeppelin sólo pueden estar hablando del demonio, si los álbumes no tienen título (sean blancos o con granjeros en la portada) es porque no se puede pronunciar el nombre de la bestia, si el cantante viste de negro y arranca el cuello de un murciélago o de una gallina de un bocado, ¡atención! es el mismo demonio en carne y hueso. En fin, Satán sabe vender tanto desde fuera como dentro de la empresa del rock.
Símbolos de Led Zeppelin y el álbum conocido coo "Álbum blanco" de The Beatles
Pero el título hace alusión a la paradoja de la radiodifusión del rock en España, ¿dónde yace ésta? Saben cuál es la que se proclama como la "única emisora de rock en España"... Sí, acertaron, Rock FM (antes Rock & Gol). ¿Y dónde está la paradoja? Pues bien, aquí quiero hablarles de la cadena COPE o Radio Popular, un grupo que, cito a Wikipedia, "fue creado con el objetivo de ofrecer servicios religiosos" (me gustaría añadir aquí la creencia popular de la vinculación Grupo COPE-Opus Dei). Y así es amigos, por mucho que poco a poco actualicen su imagen aún los servicios religiosos se pregonan en la publicidad de sus emisoras (algo que no juzgo ni critico, pero ahí está). ¿No les resulta curioso? Si no lo olvidaron la primera categoría que hice del rock como satánico venía de forma externa por grupos religiosos o defensores de la tradición más conservadora, entonces pueden tranquilizarse, podemos escuchar rock sin miedo a posesiones porque viene filtrado por los mensajeros de Cristo. Sin embargo es cierto que la programación de Rock FM es variada y rica (aunque también deja que desear), pero escuchen bien su emisora, ¿cuántas veces oyen el famoso "666 the number of the beast" o a Marilyn Manson? Sí, no puedo negar que no se escuche nunca, pero suelen estar a la cola de otros temas menos... diabólicos. Yo no juzgo a la emisora, ¡bien saben mis allegados que es posiblemente la emisora que más escucho!, pero uno se cansa de oír hablar del demonio en el rock cuando resulta que sólo era un ángel caído en una emisora de radio.
Radagast
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