La necesidad de representación. Un estudio de caso: el blasón municipal de La Cistérniga
Trabajo realizado para la Asignatura de "Antropología Social y Cultural" en la Universidad de Valladolid en el año 2012
(no se ha modificado el contenido a pesar de conocer nuevos contenidos en la materia y haberse incrementado el marco teórico)
La necesidad de representación
Un estudio de caso: el blasón municipal de La Cistérniga
La
idea de escudo: historia y simbología
El
término “escudo” no es concepto inmutable pr mucho que pensemos
en un arma defensiva al evocar el término, el significante varía de
significado según la consciencia social de la cultura o persona que
emplee el término en un momento determinado. Así el vocablo
“escudo” es un concepto ambiguo que aúna bajo su mutable masa
objetos que, a priori,
no tienen ninguna relación más allá de la semántica. Entenderemos
un significado diferente según el contexto cultural, demográfico e
histórico en el que nos encontramos: Pacheco relata cómo Diego
Velázquez fue llamado a la Corte de Madrid en 1623 para retratar a
la familia real, entre los cuales se hallaba el Príncipe de Gales,
quien le pagó cien escudos
por su obra (Pacheco 1990, 524); hoy son muchos los hogares donde se
cuelga el escudo de armas
de su linaje familiar (blasón); en Chile podemos pedir una escudo
refrescante;
y no nos inmutaremos si oímos hablar de El
Escudo de Heracles,
tanto cuando designamos al fragmento épico como al arma defensiva.
Así el término ha designado cosas tan dispares como una moneda, una
insignia familiar, una cerveza, un texto épico griego o una barrera
defensiva.
“La
mejor defensa es un buen ataque”: la historia del escudo defensivo
El
concepto “escudo” proviene del latín scutum y designaba a
los escudos defensivos empleados por la infantería del Imperio
Romano. Encontramos así la primera acepción de “escudo” como
«arma defensiva que se lleva embrazada, para cubrirse y resguardarse
de las armas ofensivas y de otras agresiones (s.v. “Escudo” en el
DRAE). El escudo era por tanto cualquier barrera de mano que permitía
al miliciano defenderse del ataque rival en la lucha de cuerpo a
cuerpo aunque, dependiendo del tamaño, material y comodidad en su
manejo, también podía emplearse en la ofensiva como arma de
contacto.
El
Escudo en las culturas preclásicas
Debemos
suponer que el escudo ha existido desde el mismo principio del hombre
como ser territorial, pues junto con algunas armas blancas los
escudos servían para la defensa ante el ataque de otras tribus o en
la caza de animales. Es bastante probable que los escudos comenzaran
siendo artefactos de madera muy rudimentarios que evolucionarían a
través de las edades del hombre (al ser madera hoy no han
sobrevivido restos, pero sí conservamos restos de materiales
similares datados en la Edad de Piedra). Se tiene constancia de
tribus helvecias que empleaban atillos de paja como escudos, lo que
denota la singularidad del material empleado (cuero, lino, cobre,
bronce, seguramente madera, etc.).
Ilustración
1. Fragmento de la estela de los buitres
donde se observa una
formación “en testudo”
|
En
la antigua Mesopotamia encontramos esculpidas
las primeras formaciones bélicas donde
aparecen retratados los primeros dibujos de escudos. En
la imagen de la izquierda observamos un fragmento de la llamada
“Estela de los Buitres” (Estela de los buitres ¿2500 a.C?) donde
se nos representa una formación falangista con la tropa de batalla
del rey Eannatum derrotando a los ejércitos de Umma. Dejando atrás
los detalles artísticos (como la isocefalia o la composición
geométrica), podemos observar una formación encajada dentro de sus
escudos (algo que los romanos desarrollarán completamente en la
denominada “formación testudo” o “formación tortuga” algo
que veremos más adelante).
Ilustración
2. Tropas de soldados egipcios
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Los
primeros escudos de la cultura egipcia supusieron una novedad frente al arma defensiva
de la cultura mesopotámica. Los
escudos egipcios fueron armas individuales diseñadas para proteger a
cada infante y no a la formación; esto supuso un cambio sustancial
pues al variar la defensa seguramente se varió la técnica de
combate: si en la Ciudad entre ríos el combate funcionaba como una
gran máquina integrada por sujetos individuales encerrados bajo un
gran caparazón defensivo, ahora el combate es individual, soldado
contra soldado acompañados por su broquel (aunque seguramente se
cubrirían las espaldas unos a otros de forma similar a la “formación
testudo” romana que veremos en un momento). Junto a estas líneas
podemos encontrar un conjunto escultórico policromado de unas tropas
egipcias con sus escudos (Tropas de soldados egipcios ¿X dinastía
(2100 a. C. al 2040 a. C)?).
Etapa
grecolatina o clásica: el Escudo en Grecia y Roma
La
cultura griega tomó la forma de combate similar a la egipcia, el
escudo protegía a cada individuo (aunque los griegos luchaban en
parejas y no de forma plenamente individual). Sin embargo, con los
griegos comenzó uno de los cambios más importantes en el término
escudo: el escudo ya no es sólo la protección en combate, sino
también el blasón que identifica al guerrero por sus hazañas, por
su linaje, por su fatum, etc. Este cambio de significado o,
mejor dicho, la adicción de un segundo término a la palabra
“escudo”, la analizaremos en el apartado “el escudo como
blasón”.
Llegamos
así Roma, quien remplazó la forma y la decoración del escudo con
su devenir histórico según el modelo de gobierno. En la Monarquía
observamos escudos de pequeñas dimensiones y con formas circulares
(parma), o rectangulares, en la web Scuta.org se relata lo siguiente
(Scuta s.f.):
«En los tiempos pre-republicanos[...] se utilizaba un escudo redondo denominado parma -según Tito Livio éste escudo fue utilizado hasta el siglo V ac, de lo cual hablaremos en unos instantes-. Sin embargo también tenemos evidencia de la utilización de un escudo rectangular, como según comenta Diodoro en sus escritos. No obstante una de las evidencias más esclarecedoras es la que nos llega de Situla de Certosa, lugar en el que se encontró una pieza de bronce -fechada aproximadamente como de 500 ac- donde se pueden ver tallados guerreros con escudos redondos, ovalados e incluso unos semejantes a los utilizados por los hoplitas.
Esto indica que lo más posible es que su uso fuera mezclado y no existiera una exclusividad. Otra teoría es que cada diferente Centuria utilizara un escudo diferente. Era muy común, así mismo, en estos tiempos donde el mismo combatiente debía de proveerse de su propio armamento, que los más pudientes utilizaran escudos completamente de bronce similares a los utilizados por los ciudadanos griegos de elevada condición económica. Estos escudos completamente de bronce eran un claro símbolo de status por lo que generalmente los encontramos portados por los héroes mitológicos en infinidad de relatos.»
Ilustración
3. Sítula de Certosa en la que aparecen
varios soldados con sus
escudos
|
«La forma rectangular del scutum aparentemente, y si bien fue utilizada con anterioridad, se "estandariza" a mediados del siglo primero. Su tamaño no solo varía entre los diferentes períodos, también lo hace entre las diferentes legiones y cuerpos. Podemos establecer un tamaño "estándar" que va desde el hombro del legionario hasta la parte superior de su rodilla. Este tamaño, o medida, es eficiente y muy bien adaptado al modo de combate de la legión Romana, otorgando no sólo una cobertura formidable sino que además resulta ideal para cubrir parte del cuerpo del compañero de fila en una formación cerrada -de la que los Romanos eran muy partidarios-. Una particularidad del scutum, al menos del Augustal, son los bordes curvados a los costados que, de cierta manera, "envolvían" al legionario protegiendo no solo su frente sino que también cubría un tercio de sus flancos. Esta configuración: scutum rectangular y encorvado a los lados.»
Scuta.org (Scuta s.f.)
Durante
este periodo surge realmente la táctica del “testudo” fue la más
usual (aunque en Mesopotamia debió existir algo similar, según lo
hemos relatado, el nombre es claramente latino), de ello dan
testimonio autores contemporáneos como Julio César o Cesar Augusto;
sus diarios bélicos relatan cómo “estas formaciones salen
victoriosas en las guerras”. El “testudo” no sólo conformaba
esa técnica defensiva antes mencionada, sino también una formación
defensiva:
«El escudo no solo servía para desestabilizar al enemigo con un duro golpe del umbo, sino que también incluso era útil para matarlo o neutralizarlo rompiéndole alguno de sus miembros con los macizos bordes con los que contaba. Así mismo el considerable tamaño y la forma de éste le permitía al legionario cubrir la mayor parte de su cuerpo mientras cargaba con su pilum para arrojarla hacia el enemigo. Es en el área grupal que el escudo se convertía en una herramienta imprescindible. Dentro de las tácticas más famosas está el testudo -tortuga en Latín-. Esta estrategia consistía en ubicar los escudos de manera cerrada repeliendo todo tipo de misiles y objetos contundentes arrojados hacia la cohorte o grupo de legionarios. Otro factor de importancia se da al observar el funcionamiento de las filas cerradas de legionarios. los escudos rectangulares les permitían no solo cubrirse a si mismos, sino también proteger a los camaradas de armas ubicados a los costados. Manteniendo Así una cobertura óptima de la fila ante todo tipo de ataques»
scuta.org (Scuta s.f., 5)
Ilustración
4. Una armadura del siglo XVI
|
Tras la caída del Imperio Europa cae en esa etapa conocida como Edad Media. Un nuevo tipo de armadura (y nunca mejor escrito) se incorporó al cuerpo con la figura del caballero, ya no será sólo un arma embrazada, sino un traje completo. Surgieron así las armaduras, unas estructuras móviles de cuero y acero adheridas al cuerpo que se empleaban en las contiendas y torneos -una junto a estas líneas (Desiderius 1544)-; debido a su peso, hacían del infante un combatiente lento necesitado de montura. Esta idea es esencial, pues no todo el mundo podía permitirse una armadura, ni tampoco un caballo capaz de aguantar su peso, de ahí que el título de “Caballero” equivaliera a uno de hidalguía. Es justo decir decir que la armadura ya existía desde el antiguo Egipto, lugar en donde se empleaba un traje de mallas que cubría el torso y permitía el enfrentamiento directo, pero hasta la Edad Media no se cubrió todo el cuerpo y cabeza (sin duda una de las partes más frágiles).
La armadura se siguió utilizando hasta entrado el s. XVIII, las armas de fuego eran capaces de traspasar aquel acero y cuero que conformaba las armaduras medievales y ya no tenía ningún sentido funcional ni estético (en el medievo la armadura conformaba un traje que era sinónimo de poder). En siglos posteriores se utilizó sólo con valor histórico o decorativo y en el XIX onformó parte de ese ideal romántico que aludía al mundo mediaval. Esto supuso el auténtico final del escudo como arma protectora.
“De
caballeros sin caballo”: el escudo como heráldica
Aunque
el escudo como heráldica representativa de nobleza comenzó a
utilizarse en los torneos de entretenimiento (sabemos que Enrique I
de Inglaterra organizó eventos de este tipo como distracción
durante los tiempos de paz en Gottingan -930d. C-), se tiene
evidencia de él desde el resplandor de la cultura helénica. En la
Iliada, Homero nos relata minuciosamente las cualidades estéticas
del escudo de Aquiles que Éfeso le construyó; un escudo donde se
representan dos ciudades: una en combate y otra en paz. Aunque para
los griegos primase posiblemente más el valor bélico del escudo que
el valor distintivo, no debemos pasar por alto que lo que nos narra
Homero en la Iliada es la reseña del escudo de un personaje
concreto, de gran valentía y de origen divino, no el escudo de “un
cualquiera” (al arma se convierte en la identidad del héroe y, por
tanto, se pasa de un uso funcional a un símbolo clasista), de ahí
que se insista tanto en la talla del escudo (no podía faltar un poco
de estética a este relato historicista). La nobleza medieval toma
parte de esta idea informativa que existía en Aquiles y en su escudo
(se entendió a sí misma como una clase elegida por Dios capaz de
enfrentarse con valentía en los pleitos o torneos que disputa).
El
blasón era, en sí mismo, cada una de las imágenes que
representaban el linaje familiar o individual o a una población
(pues podía designar las hazañas de una familia, de un solo
individuo o a un poblado normalmente este privilegio se otorgaba por
parte de algún noble) y se situaba en el centro del escudo. El
objetivo de este escudo no era otro que el identificar al portador a
la hora de combatir o acudir a un acto social. Por lo tanto, la
función defensiva y la descriptiva convivieron en el mismo escudo.
Los valores de hidalguía se perdieron en torno al siglo XVIII con
los ideales de la revolución francesa, pero se retomaron durante el
XIX con la llegada del Romanticismo y el movimiento nacionalista. Hoy
en día aún hay familias que mantienen estos escudos en sus casas
como obra exclusivamente decorativa (aunque irreflexivamente siga
manteniendo el valor clasista; pues sirve como distinción social
histórica del resto de personas que acudan a ese hogar).
“No
me escudo, simplemente no llevo suelto”: el escudo como moneda
El
escudo fue o sigue siendo la unidad monetaria de diferentes estados;
en todos ellos se caracteriza por estar cubierta de oro o plata y por
representar un escudo de armas en una de sus faces. La unidad del
escudo se ha empleado, principalmente, en países de influencia
hispana (incluyendo España). El escudo de oro español era
una moneda de pago frecuente en el siglo XVIy se acuñó en Barcelona
para sufragar los gastos de la
Expedición a Túnez; la moneda sería
utrilizada en todo el imperio español,
donde también fue acuñada paulatinamente en las cecas de
México, Lima, y Potosí hasta inicios del
siglo XIX. El escudo representaba la
efigie de los diferentes monarcas, así que en cierto sentido también
cumplía esa función heráldica. El
escudo de oro se mantuvo como unidad monetaria española hasta el
reinado de Isabel II, y se abandonó
definitivamente cuando en octubre de 1868 se establece como nueva
unidad monetaria española a la peseta,
basada para sus respectivas subdivisiones en el sistema métrico
decimal.
Conclusión
Vemos
como en cada una de estas tres acepciones se van incorporando los
términos de la acepción anterior (el escudo como moneda emplea el
blasón, y éste a su vez, se vale del escudo de armas) por lo tanto,
en todas las acepciones del término “escudo” encontramos de
forma primigenia la imagen de éste como “escudo de armas”, de
ahí la importancia de este primer apartado, pues permite explicar el
porqué se emplea en la heráldica o en la moneda de un país.
La
necesidad de identificación
Todas
las poblaciones buscan una serie de iconos, imágenes, música,
lenguaje, creencias, ritos, etc, que identifiquen tanto a la
población en sí misma como a los habitantes de esa población;
buscan la unidad de habitantes como un solo individuo que forma el
cómputo de la población. El motivo principal de este hecho es la
necesidad individual de cada ser humano que trata de sentirse
arropado en sociedad, para ello busca la forma de sentirse parte de
algo mayor.
El
ser humano, ser social por naturaleza, desea formar parte de ese
“estado” mayor, aunque también reclama su individualidad. El
ejemplo más claro de esta igualdad lo encontramos en el deporte,
cuyo máximum es el fútbol. El fútbol puede pasar desapercibido
durante el día a día (excepto para forofos y personas que dependan
directamente o indirectamente de él), sin embargo, todo el mundo se
siente identificado y desea que gane la selección (este fenómeno es
muy curioso, pues yo mismo odio el fútbol y veo cómo consigue
atraparme, aún cuando no lo deseo, durante los mundiales). En el
estudio de este caso podemos encontrar gente que desprecie este
comportamiento de masas, es cierto que hay personas que no se sienten
identificadas y desprecian este comportamiento (al menos, cara al
resto de la sociedad), lo que nos lleva a la identificación social
enfrentada a la identificación social, son las dos caras de una
misma moneda. Las personas que no desean seguir el camino marcado
buscan la aprobación del
otro extremo social, de todo el colectivo que no se siente
identificado con la selección cuando juega el mundial, y de nuevo se
sienten arropados.
Como
vemos, nos podemos encontrar con dos partes siempre enfrentadas
dentro de una misma sociedad, pero, paradójicamente, ambas se
enfrentan sobre el mismo tema. Voy a recurrir a un esquema para
intentar explicarlo mejor:
Ilustración 5. Sociedad y criterios de identificación |
La sociedad siente un factor que la identifica, el individuo se
posiciona a “favor” o “en contra” de ese factor. La sociedad
se identifica con el fútbol, un individuo siente que él no se
siente identificado con el fútbol.
Maslow
desarrolla en su famosa pirámide una escala en la que, una vez
desarrolladas las necesidades más básicas, busca desarrollar otras
más complejas. Encontramos que las necesidades complejas recurren de
forma necesaria al resto de individuos que rodean al individuo (valga
la redundancia). En conclusión, el ser humano necesita de otros
seres que le identifiquen. Si este individuo se siente marginado o
repudiado por ese conjunto, vagará hasta encontrar al conjunto
opuesto que le acoja. Aquí, tras esta identificación que se
posiciona ante factor común, nace la señal de identidad. La señal
de identidad es el objeto sensible que acoge toda creencia o valor de
una sociedad (una canción, un lema, etc). El colectivo universitario
se identifica con el lema de su Universidad, los habitantes de una
población se identifican con la música tradicional de su población,
una ciudad se identifica mediante el escudo de ésta.
Toda
señal de identidad nace de la historia o de la tradición. Cuando un
conjunto de individuos decide crear su señal de identidad se remonta
a la historia, tradición o leyenda que todos los componentes tienen
en común, aun cuando no la han vivido por pertenecer a su
antepasados. Analizaré a continuación el caso concreto del escudo
de armas aplicado a una población.
El
Blasón como identidad de una población
Cuando
un gobierno como “representación” de la poblacióno un conjunto
de habitantes, pide crear un escudo que sea capaz de identificar a
todos los habitantes que forman una población, recurre a los hechos
históricos, tradicionales o legendarios que han sucedido en el
terreno que limita a dicha población. Los habitantes se identifican
con esos hechos, aun cuando no los han vivido; aquí encontramos el
componente cultural y educacional, pues a estos habitantes se les
educa de forma intencionada o no en las costumbres y valores de sus
antepasados.
El
escudo, por lo tanto, busca imágenes con las que el conjunto de
habitantes de una población identifique su ciudad, país, pueblo,
etc; y así se sientan identificados ellos mismos bajo esa comunidad
que le identifica. Como ya dije, recurrirá a elementos que se
encuentren dentro del territorio que ocupa su población, elementos
que históricamente tuviese o a leyendas de la zona. Para poder
explicarlo, voy a recurrir, por fin, al elemento principal de este
trabajo, el escudo de mi pueblo (La Cistérniga).
El
escudo de armas de La Cistérniga
La
Cistérniga es una población a 6km de su provincia, Valladolid, que
actualmente cuenta con cerca de 10000 habitantes (en el censo de 2012
contaba con 8449 habitantes). La población ha crecido mucho en el
último siglo, crecimiento impulsado por la búsqueda de un pueblo
cercano a la ciudad pero que todavía contase con lo denominado
“típico” de un pueblo (búsqueda de relax, viejas tradiciones,
etc). Esta búsqueda ha culminado en efecto contrario, haciendo de La
Cistérniga un barrio-dormitorio de Valladolid donde muchos de sus
habitantes no conocen la historia de la Villa.
Aún
quedan tradiciones y ritos que los más ancianos de la villa, hijos
de antiguos vecinos o el párroco han mantenido como seña de
identidad, buscando así la superveniencia testimonial de éstas.
Algunas de estas señas como la historia del municipio como terreno y
posteriormente como villa son narradas en dos volúmenes por el
escritor Enrique Berzal de La Rosa, quién relata la evolución
demográfica, histórica, económica, etc. de La Cistérniga.
Ilustración 6. Escudo de La Cistérniga con fotografías que ilustran aquello que se representa en sus registros |
En Junio de 1991
la Junta de Castilla y León y la Consejería Presidencial, con un
dictamen favorable de la Real Academia de la Historia, aprobaron el
escudo heráldico de La Cistérniga. Tiene un diseño de escudo
español, de forma cuadrangular y acorazada en su base, medio partido
y cortado. Analizando la imagen de izquierda a derecha y de arriba
hacia abajo (forma correcta de leer un escudo), encontramos las
siguientes armas:
-
Timbre con la corona de la Familia Real Española. Este timbre es otorgado como reconocimiento de aldea y villa de paso de realeza.
-
En campo de gules rojo, un castillo dorado mazonado de negro y vanos azules. El castillo simboliza la castilla medieval, pues es, en sí mismo, el blasón de ésta. El castillo ocupa el cantón más noble del escudo, pues la villa ha sido castellana desde la edad media y ha dado cobijo a prestigiosos nobles y figuras de Castilla (como de Miguel de Cervantes Saavedra o Rodríguez Calderón -quien se casó en la villa-).
-
En tercer lugar y siguiendo el orden arriba mencionado, se halla un campo verde surcado de una fina banda plateada a la que flanquean dos esbeltas chimeneas. La cinta plateada simboliza las principales calzadas de la villa (carretera de Soria, cañada real de ésta, carretera a Segovia e, incluso, una antigua calzada romana de la que apenas quedan restos. Todas estas cruzaban o siguen cruzando el municipio, comunicando los Valles del Duero y Pisuerga. Las chimeneas son marca de las diferente fábricas que la villa tuvo en los siglos de crecimiento económico de La Cistérniga (principalmente último tercio del s. XVIII, s.XIX y XX), y aluden a ese pasado en el cual La Cistérniga logra independizarse de la ciudad. Al situarse entre cerros, se acumuló barro que permitió emerger la industria de la cerámica. También se crearon puestos de minería donde se extraían yesos y espejuelos. Aún existen algunas de estas chimeneas y cuevas, las últimas llegaron a ser utilizadas como polvorín en la Guerra Civil española.
-
Por último, encontramos las imágenes del cuerpo inferior del blasón, que ocupan el mismo espacio que los dos cuarteles superiores. De nuevo, esta celda rememora el pasado remoto de la villa. En él se halla una réplica del puente romano, del que sólo quedan las cepas de su flanco derecho, que se haya en una finca particular pero dentro del municipio. Este puente se sitúa sobre el río Duero (a imagen de su situación original), río que atraviesa el municipio.También aparece reflejado el torreón medieval, utilizado para cobrar los tributos de paso durante la reconquista y sobre el cual recae la leyenda de un subterráneo que une la población con otras cercanas (como Tudela y Herrera de Duero) evoquemos la aportación de leyendas a los blasones. Junto al bastión, se recrean dos pinos que hay en los dos flancos de río, aludiendo a la comarca (Tierra de Pinares”)
El
empleo del blasón de La Cistérniga en otros ámbitos municipales
Algunas
formaciones del municipio; bien porque el ayuntamiento las
subvenciona, bien para mostrar su procedencia, o por ambas; lucen en
sus emblemas el blasón heráldico de La Cistérniga. Aunque los
motivos pueden ir más allá de la mera representación, no podemos
olvidar que estas formaciones están ilustrando el municipio allá
por donde pasan; es una forma de exhibición de la formación e,
implícitamente, del municipio. No olvidemos que, además de la mera
imagen del municipio fuera de éste, el estandarte está
identificando a todos los componentes de la formación (véase “la
necesidad de identificación”). Algunas de estas formaciones son
las siguientes.
Banda
Municipal de Música de La Cistérniga
Ilustración 7. Pendón de La Banda Municipal de música de La Cistérniga |
La
banda municipal del municipio fue creada en el año 2000 de la mano
de D.Ángel Fernández García y actualmente, y desde el año 2010,
por D.Alberto Alonso Zúmel. Con 14 años de experiencia, ha
participado en la elaboración de un disco por la Diputación de
Valladolid, colaborando con otras bandas de la provincia; ha
participado en encuentros de bandas como el de Tordesillas en
conmemoración del paso de Isabel "La Católica" para
firmar el tratado de Tordesillas o el organizado en Arroyo de la
Encomienda para conmemorar los 200 años de la Diputación de
Valladolid; ha dado conciertos por toda la provincia y por España
(como el Jueves Santo, donde acompañó con marchas sacras una de las
procesiones de Madrid). Actualmente está compuesta por 50 miembros
(incluyendo al director).
Su
pendón está diseñado en tela cuadrangular con acorazado partido y
cortado en su base; bordado con flecos dorados, representa una lira
(símbolo de la música en la antigüedad) y el escudo municipal
(haciendo distinción de su población). Sobre estas imágenes
aparece escrito “Banda Municipal” en letras doradas (marcando el
tipo de banda de la banda) y “La Cistérniga” bajo ellas. El
pendón es sustentado por un mástil de madera en cuya cúspide se
muestra una clave de sol (clave en la que leen la mayoría de los
músicos).
Club
de fútbol “La Cistérniga”
Ilustración 8. Escudo Club de Fútbol de La Cistérniga |
El
club de fútbol de la Cistérniga nace en noviembre de 2002 (aunque
realmente es fruto de la evolución del municipio, pues ya existía
un equipo). Inscrito en el registro de entidades deportivas de
Castilla y León y cuenta con tres modalidades de juego (fútbol 7,
fútbol 11 y fútbol sala) repartidas en siete categorías
(prebenjamín, benjamín, alevín, infantil, cadete, juvenil y
senior). El equipo participa actualmente en las diferentes ligas
deportivas que se organizan a nivel nacional y provincial. Cuenta en
total con 135 deportistas y más de 200 socios.
El
escudo, de diseño esférico en alusión a un balón, ilustra el
escudo municipal custodiado por dos pelotas de fútbol sobre fondo
blanco. Se trata de un escudo bordeado de doble línea de diseño
interior rojo donde se muestra en la parte superior el nombre del
municipio, y en la inferior el tipo de formación deportiva qué es.
Bibliografía
Desiderius,
Helmschmid. «Armadura y Celada de la armadura de Mühlberg del
emperador Carlos V» Real Armería. Acero grabado, repujado y
dorado. Madrid, 1544.
«Estela
de los buitres.» Museo del Louvre. Relieve Mayor. París,
¿2500 a.C?
Pacheco,
F. El arte de la pintura. Madrid: Cátedra, 1990.
Scuta.
«Los escudos de los romanos.» Imperium.org. s.f.
http://www.imperivm.org/articulos/scutum.html. (último acceso: 7 de
mayo de 2014).
«Situla
de Certosa.» Museo Cívico de Bolonia. Situla de Bronce con
bajorrelieves. Bolonia, ¿siglo V a. C?
«Tropas
de soldados egipcios.» Museo Egipcio. Escultura exenta de madera
policromada hayada en la tumba de Mesehti. El Cairo, ¿X dinastía
(2100 a. C. al 2040 a. C)?
Radagast
Radagast
Realmente interesante, un recorrido histórico muy ilustrativo e informador de lo que la palabra "escudo" esconde. Muy, muy interesante también desvelar el significado del escudo de La Cistérniga y sus múltiples usos. Un trabajo muy acertado en todas sus formas.
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