¡Atrévete a pensar!
Sapere aude (atrévete a saber)... seguro que has leído o oído esto esto antes, normalmente se lo atribuimos a Kant (aunque sabemos que ya lo usó el clásico Horacio) y hoy es un tópico literario que rara vez acude a la invocación. Vivimos en una sociedad inmediatizada y utilitarista: quiero esto y lo quiero cuanto antes. Muchas veces justificándolo en la felicidad pero encauzando esta mediante un nihilismo evidentemente destructivo que se presenta ante nosotros como egoísta y falto de empatía. Voy a intentar dejar los tecnicismos y la filosofía a un lado (es un esfuerzo grande, la verdad), pero quizá para defender cuán importante es pensar por uno mismo es necesario darse cuenta de que no lo hacemos precisamente a menudo (o, si prefieres deciro así, "no sabemos lo que tenemos hasta que... ¿dejamos de usarlo? -por suerte el pensamiento o, mejor dicho, la capacidad de pensar, no se puede perder en un bolsillo del pantalón-). Estaba argumentando cómo el deseo irracional del mom